Con Empresas conscientes concluye la trilogía a la que dieron comienzo Dar es crear y Soy, ¿Me recuerdas? Como en la primera publicación de la saga te expuse la importancia de revisar tus creencias globales sobre el trabajo para que volvieras a conectarte con los valores esenciales que muchas veces se han perdido en los negocios, y en la segunda te expuse la importancia de revisar tus creencias individuales sobre ti y sobre el propósito de tu proyecto empresarial para que volvieras a conectarte con tu esencia más genuina, esa que no entiende de números por proceder de la fuente de inspiración de tu Ser más auténtico, en esta tercera publicación voy a exponerte cuáles son los puntos cardinales sobre los que has de diseñar tu plan o idea de negocio desde una consciencia empresarial, en lugar de desde una mente emprendedora, si decides asumir la responsabilidad social que como empresario adquieres cuando llevas a cabo tu actividad de forma consciente. De los tres manuales, este que sostienes en tus manos en estos momentos es el más práctico —aunque no estará exento de las habituales reflexiones que te sugieren las fábulas que les dan comienzo— porque en él encontrarás pautas o directrices a seguir que te serán de mucha utilidad para adaptarte al nuevo escenario empresarial del que estamos siendo testigos de excepción, y al que estas tres publicaciones desde el principio te invitan a sumarte. La herramienta que tienes en tus manos para erigirte como uno de los promotores de un cambio de paradigma empresarial, que propone que los negocios y la espiritualidad vuelvan a darse la mano, es tu negocio. Involucrar los factores humanos en su gestión es contribuir a humanizar los negocios. Es contribuir a devolverle a tu actividad profesional un sentido que los intereses ligados a los números le arrebataron. ¿Me dejas que te muestre cómo recuperar dicho sentido? ¿Dispuesto a unirte al «club de los emprendedores conscientes»?